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lunes, 16 de enero de 2017

Empezar el año haciendo lo que nos gusta

3 Enero 2017
Nando del Pozo
Combinada BTT + escalada al espolón Tabuyo (V+, 175 m) a la Mesa (1.922 m)


La falta de nieve nos vuelve los pensamientos a la roca. Repasando entre las cosas que tenemos pendientes me acuerdo de esta combinada que habíamos hablado hace tiempo: nada más mencionarla Nando se apunta sin pestañear.
Se trata de una combinación asequible tanto por la parte de bicicleta como por la escalada: siendo dos los que vamos, es mejor que sea así, si es mucha bici o la escalada obliga a llevar muchos trastos, el peso penaliza mucho. Saldremos del pueblo leonés de Pinos (1.100 m) para subir por pista hasta la Casa Mieres (1.600 m), y de allí hasta el puerto de la Cubilla (1.689 m). Desde el puerto, de nuevo por pista hacia los puertos de la Ballota, donde dejaremos las bicis para escalar la clásica Espolón Tabuyo (175 m, V+) a la Mesa (1.922 m). A la vuelta, la idea es utilizar un camino diferente con las bicis, para hacerla circular y más variada. Unos veintitantos kilómetros, con unos 700 metros positivos de desnivel en bici.
El anticiclón permanente en que vivimos se está comiendo la poca nieve que ha caído esta temporada. Sin embargo, de camino en coche, parece que quieren aparecer algunas nubes en la cordillera. Nuestro amigo David ha dado riesgo de precipitaciones menores en su previsión. Confiamos en que se equivoque…


Llegamos a San Emiliano aún amaneciendo. En Pinos, al salir del coche, el frío intenso nos saluda.
Nos preparamos abrigados a tope. Repartimos las cosas y arrancamos cuesta arriba poco antes de las nueve. Nos sobra tiempo.
La pista serpentea valle arriba. Sin que le entre el sol a estas horas, los regatos de las cunetas están totalmente congelados, y de cuando en cuando, la propia pista está cubierta de hielo. Sorteamos con cuidado estas zonas, sabiendo cuánto duele un golpe seco con estos fríos… La mochila es llevadera, hemos ajustado bastante el material: vamos con una sola cuerda de 9 mm, ocho o nueve express y un juego de Friends y fisureros. Uno lleva la cuerda, otro el fierro. No se va mal.


Siguiendo como siempre la rueda de Nando, que regula su ritmo para no descolgarme, llegamos a la zona alta desde donde vemos aparecer a lo lejos la Casa Mieres. Las lagunas de esta zona están heladas: nos sorprende una gran bandada de patos que levanta el vuelo asustados con nuestra llegada. Poco a poco, apretando los pedales llegamos al puerto y nos asomamos para descansar y echar un vistazo al macizo. El paisaje alpino está muy bonito, aunque estaría mejor más blanco…
Desde el puerto, donde nos volvemos a abrigar para no enfriarnos con la brisa que se ha levantado, cogemos la pista hacia la Ballota, un placer para ciclar. La nieve cubre más de lo deseado las dos alternativas que tenemos pensadas para la vuelta. Ya lo decidiremos más tarde. Ahora es una gran bandada de chovas, quizá cincuenta o más, la que nos sorprende levantando el vuelo y graznando escandalosas cuando giramos en una curva.



Una vez en las cabañas (desiertas), comemos algo y dejamos las bicicletas. Salimos caminando ahora ladera arriba confiando en calentar los pies, que traemos fríos como tablas desde hace ya una hora…


Tras unos veinte minutos resoplando cuesta arriba llegamos al collado. Al echarnos hacia el norte, la nieve aparece (aunque escasa) y la temperatura baja en picado (esta bajada no escasa).


En el pie de vía nos ponemos a prepararnos para la escalada: yo apuro al máximo el momento de ponerme los pies de gato (guardados al calor del interior de la chaqueta), y de quitarme los guantes hasta el momento justo de empezar a trepar.
Una vez me decido, salgo dispuesto a moverme rápido, seguro como estoy de que me voy a enfriar. Echo en falta un buril que había en el pie de vía, justo para arrancar la travesía oblicua del primer largo. Resoplando cada cinco metros para calentar las manos que pierden sensibilidad a toda velocidad, alcanzo la reunión.


Aseguro con guantes y capucha puesta. Nando llega también algo tieso de frío, especialmente de pies. Nuevo reparto de trastos y salgo de nuevo a por el segundo largo, el más difícil, pero también el más equipado. La escalada la conozco bien, de tantas veces, así que la voy disfrutando. Las manos han alcanzado el calor y no se me enfrían. Es un escalar bonito y variado, primero muro, luego algo fisurado, para acabar encajado en un diedro profundo.


Dosificando el material para no quedarme sin él, especialmente las expreses, llego a la siguiente reunión, esta de tres clavos que refuerzo con un friend. Aquí echo en falta de veces anteriores un spit: veo las marcas de tapar varios casquillos.


Desde aquí la vía relaja, y se monta en el filo del estético espolón que la nombra. Estiro los largos a tope de cuerda, y a ratos disfrutamos de algo de sol que nos hace revivir. Con todo, vamos con la chaqueta puesta, y la capucha a ratos.



Lástima, le grito a Nando en mitad de una tirada, que la vía no tenga otros ocho o diez largos más en este estilo y grado…
Me quedo pensando en las veces que hice esta vía en solitario; esta segunda parte la hice ya con la cuerda guardada en la mochila…


En la cumbre recogemos los trastos, comemos y echamos un trago. Hemos tardado poco más de dos horas. Está muy bien para ir con coulotte de bicicleta! Nos ponemos las zapatillas de la bici, y destrepamos la normal de la Mesa (ojito no te tropieces, recuerda pisar con cuidado, que las calas metálicas son muy traicioneras si te despistas...).
Ya en la ladera caminamos hasta las cabañas donde hemos dejado antes las bicicletas. Debatimos si tirar a probar suerte por una de las dos variantes de regreso o si volver por el mismo camino. La nieve que se ve en los collados, y el recuerdo del frío de esta mañana, nos hace pensar en pies mojados y muy fríos. La pista por la que subimos esta mañana nos atrae irremediablemente. Unido esto a la cerveza que nos espera en San Emiliano se disipan las dudas.


Rodamos veloces y sin apenas tocar los pedales: en media hora de bajada estamos en el coche. Cinco minutos después con la birra en ristre.


Ha quedado una combinada muy guapa, con el encanto adicional ser invernal. Como los indios lo pasamos.

Ahora a maquinar la siguiente.

Gijón 7:30 h
Pinos 8:45 h
Puerto la Cubilla 9:45 h
Cabañas al Pie de la Mesa 10:15 h
Inicio escalada 10:45 h
Cumbre La Mesa 12:50 h
Pie de la Mesa 13:45 h
Pinos 14:15 h
Gijón 15:30 h

6 comentarios:

  1. Joer, qué chulo!! Qué frío he pasado leyéndote...jajaja
    Saludos

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    1. Gracias Mar, estas combinadas pueden encajar también mucho con vuestro estilo! Un saludo

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  2. Puf, vaya friiooo en los pies,...aun no recuperé del gripazo que pille....
    La actividad, una gozada (aunque cada día me noto más fondón...)
    A ver que se nos ocurre para la siguiente!!
    Hablamos makina!

    Nando

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    1. La verdad es que los pies se quedaron fríos más tiempo que las manos. Hombre yo fondón no te veo, pero ya sabes que siempre se puede hacer más.
      Saludos
      (pensando ya en la siguiente)

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  3. Esto de la biciescalada es la ostia, ha ha, buena actividad!!!

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