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jueves, 2 de julio de 2015

Las cuatro erres y Gatos Nafarroa

El modelo de sociedad que tenemos impuesto está basado en el consumo: para que funcione, se supone que todos debemos consumir de forma continua. Nuestro consumo generará demanda, que facilitará la producción y la venta, que a la vez permitirá a otros trabajar y también consumir. Para incentivar el consumo se crean necesidades irreales de tenencia de bienes, se reduce la vida útil de las cosas, y se altera el orden lógico de las cosas. Con una población en crecimiento exponencial, que además desde países en desarrollo se está incorporando rápidamente al modelo, la demanda de recursos para satisfacer esta voracidad reduce los escrúpulos. Sin apenas regulaciones, todo este conjunto que se supone que crea riqueza (y esto es cierto para un periodo de tiempo determinado), no hay duda de que a la larga está abocado al colapso.
Consumimos recursos naturales (y por tanto finitos) a un ritmo endiablado, y generamos residuos a la misma velocidad.
En general no hacemos demasiado caso a las muchas señales de peligro. Algunos aún siguen negando la relación entre nuestro sistema y el calentamiento planetario y sus efectos…
Es lo que se llamó hace ya mucho tiempo un modelo de “Desarrollo Insostenible”.

Dado que pararlo parece imposible, al menos deberíamos intentar frenarlo o mitigarlo. Creo que todos podemos poner algo de nuestro lado: siguiendo un lema ya antiguo también, “Piensa globalmente y actúa localmente”. Es decir, pensar en el conjunto y poner nuestro granito de arena sobre lo que está a nuestro alcance. De nada vale lamentarse si no haces nada.
Como hay mucha gente preocupada por esto, las teorías desarrolladas alrededor también son numerosas. La teoría de las cuatro “r” es una de ellas:

Reducir, Reparar, Reutilizar, Reciclar

Aplicándonos estas cuatro “r” en nuestra vida diaria estaremos colaborando.
·         Reducir: no consumir cosas innecesarias
·         Reparar: esta es auto-explicativa
·         Reutilizar: cuando algo ya no sirve para su función primera, buscarle otras alternativas para las que sí vale
·         Reciclar: cuando la opción anterior no es posible, recuperar aquellos materiales que puedan entrar en un nuevo ciclo de fabricación de este mismo u otro producto.

Es alucinante la cantidad de residuos que se generan. Dado que están ahí, intentemos gestionarlos lo mejor posible.
Si te molesta el packaging excesivo de algunos productos, no los compres, o envía quejas a los departamentos de atención al cliente (personalmente no necesito para nada un envoltorio de cartón alrededor de un pack de cuatro yogures).
Selecciona los desechos que generas en casa: separa plásticos, papel, vidrio y deposítalos en los contenedores correspondientes. Recoge el aceite usado.
Deposita las pilas donde se deben tirar. Deposita los medicamentos donde se deben tirar.
Controla el gasto de agua: Mientras te cepillas los dientes o te afeitas, el agua corriendo no sirve para nada. El agua ni es infinita ni es gratis (creo que deberían cobrarla bastante más cara, especialmente a nivel industria). El inodoro no es un cubo de basura.
Evitar los productos de usar y tirar, desde los pañuelos de papel hasta la ropa de temporada: no hace falta tener tanto, y mejor que sea de calidad, durará más. Lo barato suele salir caro a medio plazo.
Todo esto obviamente es un incordio. Pero si queremos aportar algo, algo habrá que hacer.

Invita a tus amigos a hacer lo mismo.

El año pasado, a mi amigo Bene se le cayó mi Camalot del 0.5 cuando empezábamos la Directa de los Franceses a la Segunda Torre de Cebolleda.


Este invierno, a Mon le costó mucho sacar mi Camalot del 0.75 en una reunión de la Norte de la Polinosa, tanto que tuvo que utilizar el piolet, por lo que se rompió el gatillo.


Gajes del oficio.
En ambos casos los cacharros estaban más que amortizados: llevaban más de quince años conmigo.
En el primer caso no me quedó más remedio que comprar uno nuevo.
En el segundo caso he optado por otra opción: repararlo.

Hace unas semanas, leí una entrada en el blog de Luichy que me dio la referencia: Gatos Nafarroa, en Pamplona, repara Friends además de gatos. 
Visitando su web me puse en contacto con ellos. Desde el primer momento Esteban me atendió puntualmente y me detalló opciones y precios. 


La reparación del gatillo era realmente barata, pero además Esteban me sugirió cambiar la cinta cosida por una nueva en doble, extensible, como las que ya vienen montando algunas marcas. Esta opción añadía algo más de coste, pero es cierto que una vez estás escalando te puede ahorrar colocar una express en ese seguro. Si esto lo tuviera en todos mis Friends, necesitaría menos expreses y aligeraría el total. 




Lo pensé unos días y me decidí a probar.
Ya lo tengo en mis manos y el resultado es totalmente satisfactorio: el gatillo ha quedado perfecto y la nueva cinta extensible lo mismo. 

Sin duda ha sido una buena decisión.

gatosnafarroa@gmail.com


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