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viernes, 20 de junio de 2014

Llan de Cubel en BTT

Sábado 14 Junio 2014
Pase de mañana BTT
San Martín de Luiña (100 m) - Llan de Cubel (678 m), 20 km aprox.
Nando, Cris, Brojos


El plan original de escalar en los Picos se vio modificado por problemas de agenda de los candidatos. 

Siguiendo la recomendación de Nando, nos fuimos a aprovechar la mañana del sábado dando una pequeña pero disfrutona vuelta en bicicleta de montaña por un cordal costero cercano a Cudillero, y cuya cumbre me traía recuerdos musicales: Llan de Cubel.


Llan de Cubel es el nombre de un grupo folk asturiano que junto con otros como Nuberu, Felpeyu o Dixebra, cada uno en su estilo, ya sea más tradicional, romántico o reivindicativo, han estado y están presentes en mi vida desde hace muchos años, y que aumentan mi vínculo con la tierrina.
Al llegar al punto de partida, junto al camping de San Martín de Luiña, recibimos un mensaje de Brojos que se nos unía junto con Cristina: perfecto.


Hacia las nueve y media, empezamos a remontar las primeras cuestas por entre densa arboleda, lo mismo eucaliptos que grandes castaños. Los primeros kilómetros son bastante intensos y nos obligan a esforzarnos sobre los pedales. El día está con niebla, pero se intuye que el sol aparecerá. Vamos sin prisa, así que paramos a reagruparnos a menudo. En una cota determinada, el bosque cambia a pinar. La pista ha relajado y aunque la subida es continua, la pendiente es muy llevadera y nos permite ir charlando sin problema. El cielo se va abriendo y nos deja entrever la línea de costa y los cordales de alrededor: el paisaje es una pasada.


Alcanzamos la collada bajo nuestra cumbre objetivo: la campera está adornada de vacas y caballos. Desde aquí, apuramos lo ciclable al límite de nuestras piernas, pulmones, aún a riesgo de perder alguna pieza dental o dejarnos una clavícula. Alcanzado este punto abandonamos las bicis para los últimos metros antes de la cima, que luce completa con cruz, buzón y belén, no le falta de nada.






La bajada desde la collada va por otras pistas distintas, ahora en la vertiente de Pravia, y vuelve a ser perfecta para la bicicleta. El ángulo sigue suave, apenas hay que tocar los frenos (o sea que por este lado también se puede subir bien). Seguimos bajando rodeados de pinos girando hacia el norte. 
Las panorámicas a la Concha de Artedo, a Oviñana y al cabo Vidio son espectaculares, sólo “estropeadas” por la necesaria presencia de la Autopista del Cantábrico. Te viene al cerebro automáticamente la explicación de por qué esta, como el resto de las carreteras e infraestructuras de nuestra radical orografía, son de los tramos más caros por kilómetro de España. También los aerogeneradores resaltan impertinentes en el paisaje, y de nuevo los veo como un ejemplo de mal menor y necesario para poder mantener nuestro estilo de vida…


Ya en los últimos tramos de pista, llegando al final, como tantas veces, me doy cuenta de que no importa tanto el qué, sino el cómo y el con quién, aunque en este caso el qué también merezca mucho la pena.

De vuelta en el coche, contentos con la excursión y planeando ya la siguiente variante extendida, disfrutamos de la compañía, la tertulia y la cerveza en la terraza del bar: placeres pequeños en estos tiempos en que tantos se tienen que marchar a buscarse la vida a "l´otru llau de la mar" o al otro lado del Pajares, como a muchos nos tocó en su día, y a otros les toca ahora…

Lo del GPS no termina de calar en nosotros, algo rústicos aún


2 comentarios:

  1. Diego, este veranin hay que apurar un pelin mas el recorrido y sumarle 20 km por lo menos...!!
    Hacía mucho tiempo que no nos juntábamos con el Brojos pa una de bici...y presta compartir caleyes y amigos..!! ( y también va por Cris!!)

    Nando

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