LA MONTAÑA COMO PASIÓN, COMO ESCENARIO INFINITO SOBRE EL QUE DISFRUTAR INTENSAMENTE DE LA VIDA,
DONDE ESCALAR, ESQUIAR, PEDALEAR, CORRER, CAMINAR...
DONDE LOS AMIGOS, EL ESTILO Y LAS FORMAS CUENTAN, Y MUCHO

lunes, 2 de abril de 2012

Un mal día


El domingo por la tarde me acerco a Lañora para correr un rato. El camino discurre junto al río por un denso valle boscoso. Desde la misma playa hasta su cabecera, en el golf de la Llorea, son 4.5 km, de los que los tres primeros son casi llanos, mientras el último remonta unos cuantos metros en zetas trialeras para la bicicleta y entretenidas para correr: tanto para subir como para bajar hay que pensar dónde pisas. Lo normal sería que en esta época estuviera prácticamente intransitable de barro, pero lo de la lluvia es algo en extinción últimamente.
Cuarenta y cinco minutos corriendo y pensando. En las rocas de este valle empecé a escalar hace ya dos décadas. Aquí conocí a gente importante para mí. Tengo recuerdos de muy buenos ratos disfrutados por estos caminos.

He tenido un muy buen fin de semana en familia, pero vengo con un runrún en la cabeza desde el viernes a media tarde, cuando leí la noticia, y al poco rato la confirmé con Mon.

El viernes fue un mal día para la comunidad escaladora asturiana.

La música es importante. Las canciones forman parte de nuestra vida. Algunas se te quedan grabadas dentro y las relacionas con épocas, con vivencias, con lugares y con personas. A mí esto me pasa con unas cuantas. Así “Emotional Rescue” me recuerda a Miguel y a Elías, a la Peña Santa, y a una muy lejana semana santa de ilusión y nieve profunda en Vega Huerta. “Deltoya” me recuerda a Rafa y al Verdon en el año 95. “A la sombra de una mentira” me recuerda mi último viaje con Javi a los Alpes. Y así muchas otras canciones, personas, lugares…

El runrún que tengo en la cabeza desde el viernes es una canción que tiene para mí asociadas desde siempre una montaña, una vía y una persona.


Me he hecho una promesa esta tarde. Espero cumplirla.


El viernes fue un mal día.

4 comentarios:

  1. A mi también me suena la misma canción en la cabeza. Y es la canción de los descuidos fatales.
    Recuerdo que tu aprendiste a tararearla hace mucho ya precisamente en la Ñora cuando también rapelando te saliste de las cuerdas, pero aquella vez la suerte estuvo de nuestro lado. Ahora nos toca la fatal pérdida.
    Ánimo compañero.
    Iñaky

    ResponderEliminar
  2. Iñaky,
    Aquella tarde con Costales, por suerte, fue un susto sin consecuencias (volvimos a casa en bicicleta), pero una primera lección. Con los años (esto también lo he vivido en primera persona) el peligro viene del exceso de confianza, de la costumbre, la rutina... Nos conviene esforzarnos en ser detallistas, desconfiados y perfeccionistas. Por nuestro propio interés.
    Un saludo

    ResponderEliminar
  3. Vive el día como si fuera el ultimo de tu vida. Ja, ninguno lo hacemos.
    Cuando sale el sol no pasa lista. Si estas te calienta.
    Pura vida Diego, pura vida.

    ResponderEliminar
  4. El lunes pasado me acerqué por Quirós. Al llegar a la fuente vi una bandera tricolor amarrada en mitad de la selva. Un escalofrío me recorrió a la vez que recordaba su sonrisa irónica escondida tras su mirada con el cuerpo encorbado haciendo mas grande su chuvasquero para retener el calor de su cuerpo a la entrada del Refu y así poder prolongar mas placidamente la tertulia montañera...El lunes en Quirós se respiraba un paz infinita.

    ResponderEliminar