LA MONTAÑA COMO PASIÓN, COMO ESCENARIO INFINITO SOBRE EL QUE DISFRUTAR INTENSAMENTE DE LA VIDA,
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viernes, 12 de noviembre de 2010

Integral Ubiña - Julio 2008

Bene Santos
12 Julio 2008

Madrugamos. El día está soleado y la previsión es buena. Por la autopista del Huerna se llega a la San Emiliano en poco más de una hora desde casa, hay que pagar el peaje, pero el ahorro de tiempo y kilómetros compensa. Aparcamos en Torrebarrio, no sin antes haber dado unas vueltas como siempre, confundiendo el barrio, o la calle, mientras intentamos acercarnos a la iglesia. Es pronto y no hay nadie por el pueblo, sólo algunos perros nos increpan ladrando a media distancia, con esa mezcla de agresividad y miedo de los que ya han llevado algún palo que otro… Las mochilas están casi listas, vamos muy ligeros con 1 cuerda de 9 mm, cuatro cintas express, un juego de fisureros y arnés y casco. Ya no vemos de dónde recortar más…
Aunque es verano, es temprano y el ambiente aún es fresco, los primeros pasos por la pista que sube hacia la majada de Yandanay son cómodos: vamos cogiendo ritmo y pronto estamos en la curva en la que nos separamos de la pista principal, para girar hacia la derecha (sur). Vamos ganando altura en la ladera, mirando por dónde entrar entre los espolones de roca: hay un canal que parece bueno, luego sabremos que es el llamado “corredor del Pilar”, que se hace en invierno.
Nos metemos por canal y vamos trepando los pequeños resaltes de bloques y remontando caminando el resto.
En poco tiempo alcanzamos un hombro que nos coloca sobre el propio espolón oeste de Ubiña. Aquí, aunque habría otras opciones, por escalar el espolón propiamente dicho sacamos la cuerda para unos 15 metros algo más compactos. Tiro delante sobre esta roca norte, donde el tacto de las gastadas botas de trekking da una sensación de seguridad relativa. De nuevo en un tramo fácil de arista recogemos las cosas y salimos rápidamente hacia la cumbre, aún lejos.

Banderas tibetanas en la cumbre de Ubiña, la nube colándose por Ventana

Las banderas tibetanas lucen extrañas en esta cumbre nuestra. A mí no me gusta encontrarme postizos en las cumbres (ni en el monte en general): ni cruces, ni buzones, ni placas, ni tampoco banderas tibetanas. En mi opinión, al final todo esto es basura en el monte, nada de eso hace falta allí arriba. Ubiña (2417 m) es una cumbre codiciada, y por ello parece que a la gente le gusta dejar su impronta, aunque sea en forma de basura o chatarra…
Seguimos rápido hacia la vertiente norte. Destrepamos sin problemas entre las llambrias por donde se apoyan los neveros de la clásica de invierno de la vertiente asturiana.
El Puerta de Arco nos recibe con una arista mucho más aérea de lo que recordaba, incluso hay un tramo de cuerda fija entre dos pitones en la parte alta, “más basura” pienso.
No paramos, seguimos cabalgando la arista en dirección a los Castillines, más caminando que otra cosa. Hacemos el Primero, hacemos el Segundo dudando un poco entre las canales o resaltes a escoger. En el collado con el Tercero volvemos a sacar la cuerda, montamos una pequeña reunión y tiro hacia el pequeño resalte, que resuelvo rápido acerando en los clavos y pisando alguna cinta a modo de estribo. En esta cumbre (2308 m) me vienen a la memoria viejos tiempos, cuando subí aquí por primera vez con Ramón Juidía y Rubenín, por la vía  “San Claudio”, en la que sería mi primera escalada de montaña, allá por el año 1991 o 92…
Buscamos la reunión para bajar: la chimenea en la vertiente leonesa no invita, aunque sé que Miguel va por ahí a veces (…pero Miguel juega en otra liga). En el colladito hay una instalación de rápel, y en treinta metros llegamos a otra reunión de la vía de los “Mierenses”. Nuevamente me asaltan recuerdos de muchos años atrás, cuando escalamos esta vía haciendo esta misma integral, pero en sentido contrario y en invierno, Elías,    Miguelón y yo, allá por 1993: ¡qué bravos! trepar con el mochilón con saco y esterilla, botas y crampones… (Bravos y algo inconscientes). Otro rápel, este más corto, y alcanzamos el collado con el Siete. Recogemos el material y salimos hacia arriba.
                          Subiendo hacia el Siete con el Tercer Castillín a la espalda

Cumbre del Siete (2356 m) y seguimos hacia el Crestón del Pasu Malu, que hace honor a su nombre con pasos delicados en la vertiente leonesa, vamos sin cuerda porque aquí tampoco iba a ayudar gran cosa, una zona sin seguros, con roca desmontable y encima en travesía horizontal… Poco margen para tonterías.
Bene y yo nos movemos más o menos igual en estos terrenos, y eso es bueno en estas actividades, para no ir uno esperando por el otro.
Seguimos ya en zona más fácil hacia los Fontanes, hacemos sus dos cumbres y paramos a comer algo. Hemos llegado rápido, la integral ha ido muy bien y el ambiente de montaña, con nubes entrando y saliendo,  es estupendo.
Cumbre Fontán Norte, en mitad de la niebla

Rápidamente salimos hacia la vertiente leonesa, los pedreros nos dejan ganar tiempo con poco esfuerzo, ya en los llanos de abajo atravesamos trotando y observando las paredes rocosas por donde suben escaladas tanto de roca como invernales.
Finalmente, llegamos al pueblo sudorosos, alcanzamos el coche y miramos el reloj:
Han pasado 5 horas y media desde que salimos: hemos sido rápidos, bastante más rápidos de lo que esperaba para hacer esta actividad.
Pienso que trepando aún podríamos ahorrar algo en la parte inicial, cuando dudamos un poco con el camino a tomar en Ubiña… En el resto de arista no hay mucho margen de ahorro. Por lo demás apenas hemos corrido, excepto algo en la bajada final por la pista, por tanto ahí quizá podríamos mejorar el horario un poco más. Pensándolo bien, para futuras repeticiones, casi me contentaría con no echar más tiempo que hoy…

Resumen:
Torrebarrio (1250 m)
Ubiña (2417 m) por Espolón Oeste Ubiña, 1 largo encordados, el resto sueltos
Destrepe hacia Puerta de Arco caminando
Puerta de Arco (2217 m) trepada aérea, sueltos
Castillines 1º y 2º caminando, 3º (2304 m) en 1 largo de escalada y rápel 30 m hacia Asturias, otro rápel más corto hasta collado con el Siete
Siete (2356 m) caminando,
Crestón Pasu Malu (2377 m) trepada aérea, sueltos,
Fontanes (2408 y 2417 m), caminando
Bajada medio corriendo
Torrebarrio (1250 m)

5 horas y media Torrebarrio-Torrebarrio

Las fotos, excelentes, son todas de Bene, fotógrafo profesional, y eso se nota

7 comentarios:

  1. De eso se trata.... de regar. Una manera de sembrar para los de mas. Uno va a la cama y seguro descansa mejor. Esto ayuda, porque los informativos ¡ufff!.
    Un saludo.

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  2. A ver si repetimos escenas parecidas en escenarios parecidos, que yo creo que se me está olvidando el papel por falta de ensayos.
    Saludos.
    Bene

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  3. Mon, gracias, a mí también me gusta recordar estos días tan buenos de montaña y con las fotos mucho mejor

    Bene, yo también echo de menos estas salidas, pronto llega la nieve y podemos recuperar la costumbre! (gracias por las fotos que ayudan a que esto luzca más)

    A los dos, a ver si coincidimos pronto por el monte, saludos

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  4. Guapo reportaje...bien escrito y bien fotografiado.

    Lo que más me ha llamado la atención es que Bene no llevara su mítica gorra roja suiza :)

    Un abrazo.

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  5. Por no repetirme como la morcilla. Comentarte que también crecí en Ubiña: mi primera vía de largos (diedro la Mesa año 1980, con la OJE de Ponfe), mi primera cara Norte (con Sío, 1983), mi primera apertura invernal (con Sío, 1984), mi primera integral invernal tras tres intentos (con los hermanos Sío, 1985). Es todo un placer leerte

    p.d:Sigue desempolvando los recuerdos montunos.
    p.d.2: tampoco me gusta la basura en el Monte, sea etnográfica o del tipo que sea.
    Un saludo

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  6. Muy guapo el blog Diego .
    Ubiña da mucho juego. Hace unos años hicimos la integral entrando por el espolon oeste de Ubiña en invierno, con un vivac en una cuna de nieve en el siete, noche inolvidable fria y estrellada de las que hacen aficion.

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  7. Brojos y Gelo, gracias por vuestras opiniones, estamos de acuerdo en que Ubiña es un lujo muy a mano: desde luego vuestras referencias de la integral son de otro nivel, en invierno la cosa se pone más interesante.
    Gelo ese vivac tuvo que ser una pasada!

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